PRIMER DIA EN BRASIL

¡Primer día en Brasil superado! El viaje hasta Brasil fue bien. Llegué cerca las 18:00 hora local y ya era oscuro. Allí en el Aeropuerto me esperaban los compañeros de mi Aventura. Por un lado Beth, misionera compañera en SEPAL, que es la persona que me introduce a las personas, iglesias y a su vez me traduce. Por otro lado Ricardo con su madre Maria, él nos está hospedando en su casa y nos lleva de un lugar a otro.

Actualmente estoy en Sao Paulo. Es una ciudad inmensa, en la que constantemente hay atascos por allí dónde vayas. Por las calles de Sao Paulo hay un montón de furgonetas VW T1 (la hippie) pero la tienen todo tipo de personas. De momento puedo ver en las calles grandes diferencias entre barrios, hay calles llenas de edificios muy altos, zonas más de comercio y negocio, y por otro lado barrios mucho más sencillos, en la que la gente esta gran parte del tiempo en la calle, o sentados en unas sillas en la puerta de su casa. Puedes mirar en cualquier dirección que se nota que estás en otro lugar.

En cuanto al idioma… puedo entender bastante, pero es complicado cuando hablan entre ellos o rápido. Voy de guiri que no se entera mucho de las cosas haha, hasta el punto de alegrarme cuando alguien habla inglés y me puedo comunicar haha. También hay bastante gente que habla Castellano ¡así que genial!

En cuanto a mi trabajo allí, el primer día iba a ser tranquilo, para adaptarse y eso, si Dios no disponía de lo contrario. Pero así fue, dispuso de lo contrario haha. Ya de buena mañana tuvimos la oportunidad de ir a una reunión de alabanza del Instituto Canzión. Habían unas 40 personas, todas ellas líderes en diferentes iglesias de Sao Paulo. Después de tener un buen tiempo de alabanza con baile incluido, nos presentaron a Beth y a mí, como dos misioneros llegados desde España. Beth empezó explicando un poco una historia, y hablando un poco de la situación en España. A continuación tuvo lugar mi primera intervención en público en Brasil haha. Compartí mi testimonio, mi experiencia en nuestro País y como Dios me ha llevado al lugar al que me encuentro ahora, quiere usar mi vida para llegar a jóvenes y surfistas, y estoy respondiendo a un llamado de Dios a servirle a tiempo completo como misionero. Una vez compartido, salió al frente con nosotros el director de Instituto Canzión de todo Brasil, y dijo que iban a apoyarme y ayudarme. Hay otros cuatro centros en Brasil de Instituto Canzión y me iban a conectar con ellos, presentando el ministerio que estoy realizando, e iban a recoger en ese mismo momento una ofrenda para ayudar con los gastos de viaje que tendría en Brasil. En ese mismo momento, no pude contener las lágrimas, era demasiado fuerte lo que estaba viviendo. Ya el hecho de estar en otro país por este motivo como os comenté era un paso de FE. Ver una vez que estás allí en la primera reunión, se movilizan para ayudarte, porque ven que Dios está obrando a través tuyo… Esto no tiene palabras chicos, en mi vida me había sentido así. Luego pasó todo el grupo de personas al frente, Beth y yo nos arrodillamos y estuvieron orando por nosotros. BRUTAL. Gran parte de los asistentes eran músicos, y casi no tenían ingresos propios. Me entregaron la ofrenda, y fue de gran impacto para mi ver ese sobre una pequeña cadena de oro. Alguien dio todo lo que tenía, dio esa cadena. Cuando vi eso me quede sin palabras, y me recordó a la viuda que dio todo lo que tenía a Jesús. Muy fuerte. En la foto a continuación podéis ver a la izquierda la mujer de un profesor del instituto que está a la derecha del todo, a mi izquierda el director de Instituto Canzion de Brasil, Beth, Ricardo y finalmente el marido de la mujer que esta a mi derecha. El lunes volveremos a Instituto Canzion para hablar con el responsable de Brasil, para explicarle el proyecto bien. Además nos ha convocado el jueves por la noche en otra reunión que tendrá lugar alli mismo, y asistirán nuevas y más personas. Sin palabras.

Al mediodía, fuimos con Ricardo y Beth a comer a una cantina italiana… comí una lasaña que flipas haha. Luego por la tarde fuimos a compartir a una iglesia con jóvenes. Ese mismo día muchos jóvenes de esa iglesia tenían una boda, así que «sólo» habían adolescentes y eran como unos 40. Flipé con su encuentro, ellos mismo llevaban la alabanza y la vivían de una manera flipante. Luego compartí allí de nuevo como fue mi experiencia, y les hablé un poco de los jóvenes en España. A continuación todo el grupo estuvieron orando por mi y por España. Y estamos hablando de personas de 13 a 17 años la gran mayoría. Impactante. En la foto podéis ver a parte del grupo:

Una vez todo el grupo oró por mí, cada uno de ellos me dio un abrazo. Entre los abrazos de la mañana, y luego los de la tarde… nunca en mi vida había abrazado a tanta gente. Pero no era un abrazo por abrazar, era un abrazo de compañerismo, de ánimo, de empatía… un abrazo de hermano.

Estoy teniendo unas sensaciones brutales, y todo esto sólo en un día. Ver la iglesia más allá de nuestro propio país, ver la gente con la visión de la misión, de apoyar, con el deseo de alcanzar a otras personas de una manera tan real. Gente que tiene una relación personal con Dios y desean que otras personas tengan la misma oportunidad. Dos de las cosas que más impactaron para mí en este día fueron dos. Una ya os he contado, esa cadena de oro, y por otro lado, en la iglesia que asistí por la tarde, ver a un joven de 19 años que se acerca a ti, y dice que tiene muy poco, casi nada, pero quiere apoyarte mensualmente para que otras personas en España puedan conocer a Dios.

Sólo puedo decir dos cosas: Una es ¡Wow! y la otra es ¡Gloria a Dios!