EL DÍA MÁS FELIZ

¡Llegó el día! ¡El surfista se casó con una montañera! 

Han sido meses de preparativos, de emociones, de nervios… todo para llegar al día de la boda. A pesar de tener ilusión en tener un día festivo (¡y lo fue!), para nosotros era primordialmente realizar un compromiso público ante Dios con algunos testigos y en la sociedad.

Hoy en día creer en el concepto de compromiso es más bien escaso, y más aún si pensamos en una relación de pareja. Comprometerte con alguien a quien quieres públicamente y sin condiciones es una clara muestra de amor, entrega y seguridad. Una disposición a construir juntos a pesar de los vientos que puedan soplar, o por fuerte que sea el oleaje. Un deseo de construir hogar y ser una familia en la que Dios es el centro.

Si algo he aprendido en mi proceso de soltero (definiría la soltería como un proceso si, pero es otro tema) es que Dios obra siempre en un tiempo correcto, y lo hace de un modo inmejorable. Dios me dio a Yemina en el mejor tiempo que podía hacerlo, esperó a que yo estuviera listo. Tenía que estar preparado para recibir una mujer apasionada por Dios, por ayudar a otros, para hacerme reír, para ayudarme a crecer…

Así que el día de la boda fue un día muy bonito para celebrar, lo hicimos en un formato íntimo y en un entorno rodeado de naturaleza preciosa. Guardamos un muy bonito recuerdo. Gracias a todos por vuestras muestras de cariño tan constantes estos días.