Los últimos días han tenido un ritmo diferente. Han sido un poco más duros debido al cansancio, al extrañar mi tierra y mi gente. Son muchos los días fuera de casa, el desgaste de tantas emociones, experiencias y aventuras vividas aquí.
Dentro de una semana ya me veréis… Una de las cosas que veréis a simple vista es que estoy más redondo… hahaha Pero antes que nada quería justificarme ante todos vosotros. ¡¡¡Aquí hay una cantidad de dulces para flipaaaaar!!! Y por no hablaros de la farofa… Quiero presentaros algunos de los culpables por los cuales, ahora mi forma a pasado a ser redonda:
PAN DE QUESO: Deliciosa bola de pan mezclado con queso. Se come calentito… crujiente, y queso fundido dentro… es imposible comer sólo uno. Mira la foto, y dime si le dirías que no:
FEIJAO E ARROZ: Arroz y fríjoles mezclados con la rica Farofa (Ese harina amarilla). Esta farofa en concreto lleva ajo, cebolla y bacon… más un buen bistec. ¿Las patatas fritas? lo de menos haha
SONHO: Un delicioso bizcocho con crema en su interior, y como podéis ver, no se cortan en el relleno.
Esto es una simple muestra. Me he abstenido de otras imágenes que podrían ser impactantes para vosotros, ya que no tenéis acceso a estas armas de destrucción masiva, así que he intentado ser respetuoso con cada uno de vosotros.
Otra de las cosas que he probado aquí es el agua de coco, es curioso que lo bebes tal cual del fruto con una pajita… haha
En cuanto al viaje, jueves dejamos la ciudad de Sao Paulo, y pusimos rumbo a un nuevo destino: Vitoria. Vitoria es la ciudad procedente de Beth y Eveny, y allí vive su madre y familia. Es increíble ver como Dios ha provisto para cada uno de estos viajes dentro de Brasil. Hasta ahora todos los hemos podido hacer en avión, menos este último que ha sido en autobús. Ha sido el viaje más largo que jamás realicé en bus. ¡¡14 horas!!
Salimos a las 20:00 y llegamos a las 11 de la mañana. Menuda experiencia, aunque no se hizo tan pesado. El bus cuenta con menos asientos que uno normal, cada asiento es como una butaca que se reclina y se levanta la parte de los pies. Te dan hasta manta y almohada. Literalmente como decimos en España: Carretera y manta.
Pues bien, tras ese largo viaje llegamos a casa de Elvira, madre de Beth.
Nos ha recibido con una gran hospitalidad, y esta gran mujer cocina que lo flipas. Aquí tenéis una foto comiendo con la familia en su casa. A la izquierda la tía de Beth, Beth, su madre y Jamile (su prima).
Vitoria es una isla, bien más bien dicho un conjunto de islas. Un contraste entre playas y grandes ciudades en cada una de ellas. El ritmo de vida aquí es más tranquilo que en Sao Paulo, cosa que se agradece. Os dejo algunas de las instantaneas que he podido capturar aqui. Primero uno de los puentes que conecta las islas, conocido como uno de los más altos de Brasil.
La vista desde el puente:
En Vitoria, así como en el resto de ciudades que he podido ver en Brasil, hay gran contraste con los grandes edificios y las calles más sencillas:
Estos días pude ir a la playa, aunque esta vez sin olas, descubrí bonitas playas rodeadas de naturaleza. Allí fue corto haha pero fue un tiempo de relax y sol…
Domingo por la mañana visitamos la iglesia de Beth. Una iglesia grande, con 3 plantas dedicadas a formación y servicios sociales. Y aparte el templo que podéis ver en la foto. Esta semana compartiré allí con el grupo de jóvenes y adolescentes. Una iglesia con más de 100 años y con estas proporciones… era como pasear por dentro de un sueño.
Domingo a la tarde compartí de nuevo en una iglesia. Era en Bola de Neve, esta iglesia en la que ya he compartido otra vez en Floripa, donde tienen la tabla de surf delante, formada en mayor parte por gente joven.
Fue de nuevo impactante para mí. Quieras que no, a pesar de que haberlo hecho más veces, cada vez que tengo que hablar en público da un poco de corte, pero en esos momentos previos son en los que clamo a Dios pidiendo que me use, me de palabra y sabiduría. ¿Y sabes? Dios no falla… Para mí llega a ser de gran impacto ver cómo Dios usa mi simple vida.De hecho de eso trata mi experiencia con Dios, pero vamos, estar en un lugar tan lejos de casa y ver que Dios usa tu vida, y ver que tu experiencia es de bendición para otras personas… y lo más impactante es la sencillez de todo junto. Estas con gente que no conoces de nada, en otro lugar del mundo, pero compartes a Dios. Eso hace una diferencia brutal en las conexiones con las personas. Por otro lado, que la gente pueda ver en que Dios te ha llamado y brinden su apoyo en oración y recojan una ofrenda para ti y el ministerio que realizas… Al terminar algunas de las personas se acercaron a mí, para charlar un poco o darte un simple abrazo. Gallina de piel.
El pastor de la iglesia es surfista también, pude compartir algunas experiencias con él. Al terminar nos invitaron a cenar una rica pizza con su familia.
Ayer mismo también estuve en una fiesta de cumpleaños en la que me sentí como en casa. Era la fiesta de Nathan, hijo de unos primos de Beth. Él cumplía 8 años y es un fanático del Barça, aquí podéis ver toda la decoración de la fiesta, muy culé:
Hablando del Barça, es curioso ver desde aquí todo la que se está liando con Neymar. Ver imágenes desde aquí de tu cuidad, ver a este jugador tan querido por los Brasileños y como forma parte de tu equipo. Sale en todos los periódicos y televisiones.
Los próximos días aqui siguen con varias actividades, ya os iré contando. Gracias por estar ahí 🙂