SALIENDO DE LA ESPIRAL

La última semana en Panamá no ha sido cuanto menos impactante. Tras la primera semana que estuve en casa de Paul y pude hacer algún turismo, seguido de la semana en Costa Rica en la Conferencia de Christian Surfers Internacional llega la última semana del viaje. El propósito de esta semana era poder servir en alguna comunidad. A través de Christian Surfers Panamá, salió la posibilidad de ir a servir a una población llamada Santa Catalina. Un bonito paraíso natural.

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Hasta allí fuimos Estefanía y yo como CS España, acompañado de Daniel de CS Panamá. Nos encontramos con una familia que es contacto de CS Panamá, y están viviendo en la población. Se llaman Jordan y Lindsay Guy, junto a sus dos hijos. AQUI podéis ver su website. Ellos son misioneros, han dejado todas sus comodidades en Carolina del norte (USA) para vivir en esta pequeña población, en la que vive gente con gran necesidad física y espiritual. Ellos están involucrados en un pequeña iglesia local de allí, aunque hay un gran trabajo por hacer.

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Gran parte de la población sobrevive a base del turismo, especialmente de surf y buceo. La población es muy humilde, así como sus viviendas.

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Estuvimos un total de cuatro días allí, obviamente hubo surf haha, pero no es lo que quiero destacar en el post. Pudimos compartir momentos especialmente con los más jóvenes del pueblo. Allí casi todas las familias tienen como 8 o 10 hijos. Muchos no tienen los recursos para poder mantener a sus hijos, y muchas de las familias están destructuradas. Disfrutamos algunos momentos con ellos jugando a fútbol en el patio de la escuela:

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Recientemente Jordan, construyó un rancho en la playa. Un lugar público para toda la gente, pero pensado especialmente para tener un lugar en el que reunirse con los jóvenes surfistas del pueblo. Pensad que es uno de los paraisos del surf, y algo que mantiene fuera a los chavales de malas actividades es el surf. El problema es que no todos se pueden permitir el lujo de tener una tabla de surf, o si la tienen la acaban vendiendo para obtener dinero para comer. Fuimos allí al rancho a hacer una pequeña limpieza de playa, ya que muchos son los que lo usan, y acaban dejando allí su basura. Allí fuimos acompañados por uno de los chavales con los que Jordan trabaja.

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Finalmente, la última noche en la población preparamos con la ayuda de las cocineras de la iglesia, una cena para todo el pueblo. ¿Te puedes creer que con 50$ (unos 45€) pudimos dar de comer como a 100 personas? Un menú formado por arroz, lentejas y salchichas. Allí proyectamos una película de surf en la que unos surfistas cuentan su experiencia de como conocieron a Dios.

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Realmente creo que esa fué la noche que más me impactó… ves a los chavales jóvenes como te miran con cariño y admiración, ves como sus circunstancias son difíciles, ves personas mayores no muy atendidas… pero ya sabéis que mi corazón arde por los jóvenes, y ver a tantos y tantos chavales, que no estudian ni trabajan, que han tenido que aprender a ser mayores antes de tiempo y que encuentran en el surf una vía de escape a su realidad. Allí Jordan y familia están haciendo una buena labor con ellos. Estás en casa de ellos y constantemente vienen niños/jóvenes a estar con ellos en casa.

Y mientras todo esto sucede, no sólo allí, sino en tantos y tantos lugares del mundo, pero nosotros estamos en nuestra espiral con nuestra propia vida, una espiral en el que casi siempre YO es el centro. Una espiral de consumismo, de tener más de lo que necesitamos, de preocuparnos por nosotros. No sé, uno regresa a España y se siente rico, y eso que estamos en una crisis económica. Dicen que un viaje misionero te cambia la vida y lo corroboro. Aunque sólo han sido 4 – 5 días, uno se vuelve con el corazón encogido después de ver otras necesidades en primera persona. Además uno admira a personas que han sido capaces de dejarlo todo por amor a Dios y al prójimo, como Jordan y familia. No dejéis de mirar su website y poder orar por ellos o apoyarles.

Ya en mi último día en Panamá, regresé con Estefania y Daniel a Panamá city. De nuevo a los rascacielos. Nos encontramos de nuevo con Paul, compartí las últimas horas y ahora ya os escribo desde España, el viaje de regreso fue bien. Hoy empiezo nueva aventura, voy a Galicia a colaborar con Christian Surfers en un campamento. Ya os iré contando. Finalmente agradecer a Dios por todo lo vivido estos días, a CS Panamá, especialmente a Daniel Beraha por toda la organización del viaje.

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