Entre las cosas que tengo que dejar listas estos primeros seis meses del año es el Trabajo de Final de Grado (TFG). Un trabajo académico para terminar mis estudios de Teología en IBSTE, que consiste en una investigación de cierto tema a libre elección.
Una de mis inquietudes de siempre ha sido el origen de la iglesia, es decir, como fue la vida de los primeros cristianos, pues me refiero a la iglesia como movimiento de grupo de personas. ¿Tenían edificios para reunirse? ¿Cómo realizaban el partimiento del pan? ¿Cómo se relacionaban entre sí? ¿Cómo eran vistos por la sociedad?
Pues bien, eso es lo que quiero descubrir, como era la iglesia en su origen. Siempre me ha apasionado como ellos eran una comunidad simple que se ayudaba entre sí, cubrían sus necesidades, seguían las enseñanzas de Jesús y compartían alegremente en las casas. Os dejo el texto que servirá de base para la investigación, un texto de la Biblia que relata la actividad de los primeros cristianos, está en Hechos 2:41-47.
Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles. Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.