CUANDO PONES TU RODILLA EN EL SUELO

Aquí tenéis un par de locos, así lo definiría nuestra sociedad, que siguen creyendo en el amor para siempre, y en forjar una relación de pareja en la que no existe salida. Un compromiso sólido.

Fue en otoño del 2022, cuando pude sorprender y pedir matrimonio a Yemina. Hoy, estamos a menos de dos meses de casarnos. Y pensaréis, ¿para qué casarse?. Pues bien, queremos hacer público nuestro compromiso, ante nuestros amigos y familiares, y especialmente, delante de Dios. 

Formar un equipo con alguien a quien quieres, con quien puedes ser vulnerable, con quien sabes que muchas veces tú o la otra persona no dará la talla, pero estas confiado porque que esa persona ama a Dios por encima de ti. Esa confianza en que Dios seguirá moldeándonos a cada uno de nosotros para ser ese equipo imperfectamente perfecto.

Disfrutar de carcajas, disfrutar de soñar en el construir una familia, desear bendecir nuestro entorno, e ir a contra corriente de lo que muchas veces se estila en nuestra sociedad.

Quedan menos de dos meses para que Yemina y yo nos demos el «sí, quiero». Unas palabras que jamás pensé que llegaría a pronunciar (ni muchos de vosotros tampoco haha), pero que Dios, a su tiempo, tras trabajar mucho en mí, me preparó para ser ese hombre hoy. Y curiosamente, que hizo el mismo proceso en ella, para ser esa mujer hoy.

Y ahora, listos para construir una vida juntos.