Para que os hagáis una idea, en aquel tiempo le llamábamos Marquitos, ahora es más alto que yo y padre de una bonita niña junto a Mónica. No os mostraré una foto de aquellos años, aunque muchos recordaréis al Marc con las melenas, yo también me pregunto a dónde fueron.
Con Marcos siempre he podido tener una relación de especial cariño, hemos podido compartir olas también, y aprender de la Biblia juntos. Recientemente nos hemos podido volver a reencontrar, he podido conocer a su hija y juntos recordar recuerdos del pasado y viendo también como Dios ha ido guiando la vida de cada uno. A Marcos le ha dado el trabajo de mis sueños, con eso os lo digo todo.
Qué bueno es siempre estar en comunidad, y una comunidad sana, ¡y ver los avances y compartir alegrías!